
Hoy es viernes 25 de marzo de la III Semana de Cuaresma. Pero hoy es un día especial que nos debe llevar a un momento especial. Hoy la Iglesia celebra la festividad de la Anunciación del Señor. María, bajo la advocación de Barbaño, adquiere un significado especial porque leemos en el evangelio de hoy uno de los momentos más cruciales de la vida de la Santísima Virgen (vivirá pronto otro muy doloroso): Dios le anuncia que va a ser la madre del Señor.
Dios hablándole a María es Dios hablándole al hombre: ¡háblanos Señor! ¡Hazlo de forma inesperada y sorprendente! Para que nuestra respuesta sea la que la misma María de Barbaño te dio: ¡Sí! Una entrega que significa disponibilidad, aceptación a los planes de Dios: ¡qué maravilla la respuesta de María! ¿Lo es la nuestra? Lee el evangelio de hoy: Lucas 1, 26-38
Traemos hasta este espacio digital un poema escrito por un montijano que abre su corazón a María de Barbaño, nuestra Madre y Patrona. Es de Pedro López Pérez y lo expresa de manera que nos puede servir para reflexionar en este día de la Anunciación del Señor:

Hija del río, pescadora de almas
que no encuentran su camino.
Penitente sufrido que vaga, y las llagas
que lava la Madre bendita con sus lágrimas
primorosas, del pie herido.
Racimo de uva fresca entre el olivo
que mece la tarde antes del sueño,
y la oración que trae el viento
santificado en tu nombre.
Virgen enterrada en el silencio.
Cantares y letanías lauretanas,
fuente de vida, corriente de agua
donde bebe la flor blanca de mi fe.
Elevo tu nombre al cielo y doy gracias,
mientras fijo la mirada en tus ojos buenos.
Madre venturosa, pasión montijana.
Ermita blanca que guarda tu hermosura,
jazmín de noche que envuelve la locura
perdida, del perdido al que nadie llama.
María de Barbaño, mi Reina amanda.
21 de marzo 2022